La Ley del Ex: El Impacto de Braian Romero en el Monumental
Braian Romero ha cumplido con la famosa ley del ex durante su visita al Monumental, donde su actuación fue memorable. El delantero de Vélez, que se encuentra en un estado de forma excepcional, anotó un destacado gol que puso a su equipo en ventaja 1-0 ante River Plate. La anotación, una definición elegante de pecho, mostró la calidad del jugador y su conexión con el balón.
Un Regreso Emotivo
Romero, conocido por su fervor por el club River Plate, no pudo evitar mostrar su respeto hacia la afición post-gol, levantando la mano y pidiendo disculpas. Durante su etapa en River, entre 2021 y 2022, el atacante fue fundamental bajo la dirección de Marcelo Gallardo, contribuyendo a la consecución de dos títulos significativos: la Liga Profesional y el Trofeo de Campeones.
Un Líder en el Torneo Argentino
Ahora, el foco está en cómo Romero ha impactado a Vélez, que se posiciona como el líder en la Liga Profesional. Con su gol contra el Millonario, el delantero llegó a un impresionante total de 11 goles en 18 partidos, superando a su más cercano competidor, Miguel Borja, quien se encuentra en River. Su desempeño reciente incluye otro gol decisivo en la victoria del Fortín sobre Racing antes de la pausa por las Eliminatorias.
El Gol y la Controversia
El gol de Romero fue producto de una jugada bien elaborada. Nacho Fernández llegó tarde a la marca, permitiendo que Aquino enviara un centro preciso. La defensa de River, con Pezzella y Paulo Díaz, fue arrastrada hacia el primer palo, lo que permitió que Romero, que llegó desde atrás, empujara la pelota al fondo del arco. La anotación fue revisada por el VAR y, tras confirmar que no hubo mano, se convalidó el 1-0 para Vélez.
Un Desenlace Amargo
Sin embargo, la dicha de Romero se vio ensombrecida en la jugada anterior al empate de River 1-1. En un intento de rechazar un centro, el delantero calculó mal y la pelota impactó en su brazo, resultando en un penalti que Falcón Pérez pitó tras consultar el VAR. Miguel Borja se encargó de ejecutar el penal y no falló, restableciendo la paridad en el marcador.
La noche que comenzó como un sueño para Romero terminó con un sabor agridulce, recordando a todos que en el fútbol, la gloria y la decepción pueden coexistir en cuestión de momentos.